Salsa Brava casera
En TABASCO® somos amantes de todas las salsas picantes y la salsa brava casera es, como no podía ser de otro modo, una de nuestras favoritas.
Origen de la Salsa Brava Casera
La Salsa Brava Casera suele ser asociada a las llamadas patatas bravas, plato típico español (así lo recogen las Naciones Unidas) que, según se cree, tiene su origen en el siglo XIX, eran llamadas también patatas a lo pobre, ya que se trata simplemente de patatas cortadas en cuadraditos y fritas acompañadas de salsa picante. En los bares de Madrid, empezó a servirse hacia los años 50 del s. XX en plena postguerra y eran un plato muy solicitado como tapa porque además de ser barato está muy bueno.
En España se pueden llegar a producir enconadas discusiones sobre cómo tiene que ser realmente una salsa brava casera, hay una vertiente que apuesta porque debe llevar tomate y otra que dice que el color rojo de la salsa debe deberse únicamente al empleo de pimentón picante. Lo cierto es que existen varias maneras de hacer la salsa brava picante de forma casera y que además de las patatas, nuestra salsa brava casera puede ser una buena acompañante para carnes, verduras, mejillones, etc.
Elaboración:
Cuando realizamos este tipo de recetas picantes nosotros nos decantamos por la salsa brava picante casera que lleva tomate. Comenzamos la elaboración rallando unos 700 gramos de tomates tipo pera que deben estar bien maduros y les añadimos una cucharada de azúcar para rectificar su acidez. Por otro lado, pelamos y picamos media cebolla mediana y dos o tres dientes de ajo.
En una sartén ponemos unas tres cucharadas de aceite de oliva y ponemos a pochar a fuego medio la cebolla con una pizca de sal, cuando empiece a ponerse traslucida le añadimos el ajo y seguimos revolviendo hasta que se termine de hacer. Le añadimos una cucharada de pimentón picante, revolvemos bien para evitar que se queme y añadimos el tomate rallado y también la salsa de TABASCO® rojo al gusto, cuanto más picante nos guste más le añadimos. Subimos un poco el fuego y añadimos sal y pimienta también al gusto y un chorrito de vinagre.
Cuando la mezcla empiece de nuevo a hervir, bajamos el fuego y dejamos que se vaya haciendo, revolviendo de vez en cuando hasta que el agua del tomate prácticamente se evapore, es el momento de comprobar finalmente el grado de salazón y de picante. Después pasamos la salsa brava casera por la trituradora para que quede muy fina y la volvemos a llevar durante unos minutos a la sartén para que termine de coger color y textura.
El siguiente paso es preparar unas patatas, unos mejillones o cualquier otra comida picante que os apetezca acompañar de la salsa brava casera picante